Por REDACCION - 2025-12-13
En muchas esquinas, fueron desapareciendo los legendarios buzones de correo. Algunos amurados a la pared y otros, los más conocidos, buzones pilares, fueron deteriorándose con el tiempo y desaparecían de la postal urbana.
Sin embargo, en otro tiempo, prestaron un notable servicio a la comunicación.
En la era de la revolución tecnológica, donde internet, correos electrónicos y telefonía celular son los pilares de la comunicación, en que todo llega a destino en apenas unos segundos, el buzón parece haber pasado a la historia.
Hacia el año 1865 aparecen en la Argentina los primeros buzones pilares, que son el antecedente del buzón rojo de las esquinas.- Estos tenían más de 3 pies de alto y una ornamentación recargada en su exterior. En su frente tenían la leyenda “cartas” y el escudo nacional.
Los buzones pilares siempre fueron rojos, pero hubo épocas en que los pintaron en otros colores. Desde su aparición por el 1900 hasta principios de la década del ´70 fueron rojos. Luego en la década del setenta los pintaron de amarillo y negro, cuando nace ENCoTel (Empresa Nacional de Correos y Telégrafos).
A principio de los ochenta la empresa cambia a ENCOTESA (Empresa Nacional de Correos y Telégrafos SA) y los buzones los pintan en azul y amarillo.
En la década del ´90 y con la privatización de la empresa, Correo Argentino, los buzones quedaron del mismo color. Pero posteriormente la empresa los repintó en el color original: rojo. Dicho color perdura hasta nuestros días con la vuelta de la empresa al estado nacional y con el nombre de Correo Argentino de la República Argentina (CORASA).
Los tiempos cambian, en la actualidad si se le pregunta a los jóvenes por el buzón van a asociarlo con el buzón de voz de los celulares, si esta misma pregunta se la realiza a una persona de cuarenta años en adelante reflexionará y quizás se acuerde del buzón que probablemente estén en algunas equinas.-
Fue sumamente importante como medio de comunicación para toda una ciudad donde enviar cartas a sus familiares y amigos era tan cotidiano como hoy enviar un e-mail.